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Desde que inicié en serio mis investigaciones sobre el más grande guitarrista y compositor paraguayo Agustín Pío Barrios, con el apoyo del Maestro uruguayo César Amaro, indudablemente otro gran referente de la guitarra clásica de este siglo, es la primera vez que tengo la oportunidad de escuchar una grabación original del mismísimo Agustín Pío ejecutando su excepcional Vals Nº 3. (Algunos le agregan el Op. 8 y es un error, sólo el número 4 es también Op. 8)
La sensación trasmitida por esta brillante ejecución llena de expresividad que hace imaginar el sentimiento que brota de su guitarra, simplemente trasporta a un mundo que pocos pueden tener la sensación de vivirla como yo en este momento. Al escucharla inmediatamente me permito hacer la conexión con su poema A mi Guitarra; los sonidos que brotan de ella al ejecutar este vals, se condice perfectamente con aquella estrofa del poema que dice….Hay un hondo misterio en tu ardiente y sonoro corazón guitarra mía. Gozas penando y hay en tu alegría trasportes de pasión, gotas de lloro. Y en la estrofa final, la última línea…en cuya triste y mística plegaria, florece sin cesar el sentimiento.
Me pregunto ¿Qué misterios, alegrías y pasiones de las profundidades de su ser habrá querido trasmitir? ¿Qué sentimientos tan bellos habrán acuñado el corazón de este magnífico artista para esculpir en el pentagrama las notas de tan bellísima pieza musical? ¿Qué sentimientos tan profundos habrían brotado del alma de este personaje, para trasportar esas notas en las cuerdas de su guitarra, como para que esta sonará con tanta expresividad y encanto para el oído que lo escucha?, pero sobre todo para el alma que lo siente tan cerca, como lo siente hoy la mía y que exige escribir estas líneas.
Sin embargo, no tengo respuestas, solo sentimientos que no tienen sonidos ni notas musicales, pero sí palabras que intentan reemplazar a las sensaciones vividas en esta tarde de domingo al escuchar al POETA DEL SONIDO.
Este Vals según investigaciones realizadas y de acuerdo al original que posee el maestro Amaro, fue escrito un domingo de Pascuas, el 16 de abril de 1922. Un vals romántico al estilo chopiniano pero manteniendo la característica propia del artista.
Gentileza : César Amaro
Sigue la lluvia, la tarde gris, pero como dicen por ahí la lluvia alivia el alma y purifica el corazón. Hoy no solo la lluvia que cae del cielo alivia mi alma, hoy tuve el gran privilegio de sentir aunque sea mínimamente el alma de Barrios, tan cerca, tan llena de indescifrables sensaciones.
Y como decía Albert Einstein (el famoso sabio) la música es como el corazón humano, a veces va más de prisa y otras más lento siempre de acuerdo a lo que nos pasa y aquí se nota muy claramente.
El mío al escucharla se acelera y recobra en ella la infinita paz de alguien que ha percibido en el lenguaje del alma los sentimientos de uno de los más grandes exponentes de la guitarra universal “AGUSTÍN PÍO BARRIOS”
María Bernarda Cuellar
María Bernarda Cuellar
Es una historia apasionante y apasionada de ti!!
ResponderEliminarBravo, esta muestra de sensibilidad es la que hace grandes a las personas.
Cesar Amaro
Que maravilla escuchar a Barrios y oir hablar asi de el, y nada menos que por una compoblana, eso no es frecuente, gracias Sra. Cuellar
ResponderEliminarPablo Irisarri